Cuando todo el mundo esperaba que tras el éxito de Harvest repitiese con un disco de corte similar, Neil se descuelga con un directo áspero y sin concesiones que refleja perfectamente el estado mental por el que pasaba entonces: justo antes de empezar la gira, Danny Whiten aparece muerto por sobredosis en Los Angeles. Así, los conciertos de esa gira se convierten en una especie de catarsis y ese ambiente aparece plamado en el disco. El sonido es crudo y sin retoques posteriores en el estudio.

Se abre con Time fades away, un tema acelerado con una letra realmente oscura(«Catorce yonkis demasiado débiles para trabajar/ Uno vende diamantes por lo que valen/ En la calle del dolor el desengaño acecha./ Hijo no llegues tarde a casa/ Intenta volver a las ocho/ No esperes al anochecer/ Porque sabes como se esfuma el tiempo«). Journey through the past es la típica canción desolada de Neil con él cantando al piano que enlaza con dos temas totalmente eléctricos ya con la banda al completo: Yonders stands the sinners desprende resentimiento(«¿Has oído hablar del Gran Pretendiente/Fuí a verlo y ya no es el mismo/En las cenizas del aparcamiento junto al club/Fuí a encontrarlo y a jugar su juego/Allí está el pecador/Grita mi nombre sin sonido alguno«), mientras L.A.incide en la dificultad de llevar adelante una relación en una ciudad como ésa(«Cuando las montañas estallen/Y el valle sea tragado por grietas en el suelo/¿Querrás escucharme al fin?/Los Angeles/Tiesa ciudad en el humo, ciudad en el humo»). Love in mind vuelve al intimismo de Journey through the past, yDon’t be denied seguramente es mi favorita del disco, un medio tiempo de corte autobiográfico con una steel realmente buena en la segunda parte de la canción(«Pronto conocí a un amigo que tocaba la guitarra/Sentados en la escalera de la escuela soñábamos con ser estrellas/Formamos una banda, tocábamos toda la noche/No digas que no, no digas que no»). The bridge es un tema con harmónica y piano muy en la línea de las de Harvest y el disco se cierra conLast dance, la que más se acerca a las tormentas eléctricas que luego desataría en otros directos como Live rust o Weld.

Un disco a contracorriente pero que ni de lejos se merece los palos que se llevó en su momento por una parte de la crítica.

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