¡El disco de la recuperación! O por lo menos así lo veo yo. Bajo mi modesto punto de de vista, el nivel compositivo de los discos de Neil Young, había bajado alarmantemente en los últimos 10 años, concretamente desde Mirror Ball. No creo que podamos comparar Prairie Wind con sus mejores discos, pero para mí supone un soplo de aire fresco y una mejora muy notable con respecto a sus últimas obras de estudio. No debí ser yo solo el que aprecié esta mejora, porque el disco vendió en ls semana de su aparión en USA, la respetable cifra de 72000 copias, que lo alzaron al puesto 11 del Bilboard, lo que supuso su mejor posición en la lista americana desde los tiempos del citado Mirror Ball. El album se mantuvo en listas 27 semanas.

Por ejemplo, en la entusiasta crónica del disco que hizo Robert Hillburn en Los Angeles Time, escribió: «Neil Young es el compositor que expresa con mayor elocuencia los vinculos esenciales que nos unen a todos».

En fin, en lo que a mí respecta, Prairie Wind, me hizo recobrar la fé en Neil Young. Había seguido comprando los discos un poco por inercia, pero me supuso una enorme alegría volver a escuchar un disco de nuestro hombre que realmente me gustase mucho.

El propio Neil ve así el disco:

«Contar historias es algo natural para mí. Contar historias es una tradición muy vieja, más antigua que la biblia. Es una forma de vida.

Es un álbum espontáneo, se creó él solo. Nació cronologicamente, una canción detras de otra y sigue en su orden original. Así que cuenta una historia, porque es una revelación natural de lo que tenía en mente durante un periodo de reflexión. Creo que es una evolución natural más que otra cosa. Se trata más de un estado del alma que general. Se trata más de las familias, de la historia de las familias. Deriva de una experiencia familiar. Todo el mundo la comparte y este país la comparte. El país comparte el dolor por ciertas cosas que nos han pasado. No solo como país, sino como continente. La música refleja lo que pasa en mi vida. Yo estaba en un periodo de reflexión sobre mi propia familia, mi vida y mi situación; estaba perdiendo popularidad. A los 20 años era muy famoso. Ahora tengo 60 y ya no lo soy tanto. Esta tarde le he dicho a alguien que me sentía como una hoja en un rio. Había un rio en alguna parte en el que flotaba. Ya no me siento conectado conmigo mismo. Estoy conectado con lo que me sostiene. Así que quizás es eso. Que se refiera más a eso que Greendale, no lo sé.»

Imagino que la mayoría debeis conocer la historia del aneurisma. En medio de la creación y grabación de Prairie Wind, le es diagnosticado a Young un aneurisma cerebral, y tiene que interrumpir momentaneamente la grabación para ir a NYC a que le intervengan quirurgicamente. Además de la reciente muerte de su padre, que planea por muchas de las canciones del disco, la historia del aneurisma y la conexión con la mortalidad, que llega a ver cercana, está muy presente en varias de las historias del album.

Chad Cronwell, uno de los baterias que grabó el disco nos explica:

«Dijo: ‘tengo un aneurisma cerebral’. El mundo se paró. Me quedé sin palabras. Y dijo: ‘Si. Tengo un aneurisma cerebral, el martes voy a Nueva York y van a intervenirme. Me van a hacer una locura’; Pregunte: ‘ ¿que van a hacerte?’ Contestó: ‘Abriran ahí y colocarán unos muellecitos que son biodegradables. Se formará una cicatriz que contrarrestará el aneurisma.’ Yo me quedé perplejo. ‘¿Que haces aquí sentado?’ ‘¿Y eso?’ ‘¿¿Como es que el martes vas a ir allí, y estamos aquí sentados grabando??'»

Prairie Wind vuelve a ser otro disco acústico y tranquilo, muy infuenciado, como decía antes, por su propia situación personal, lo que se refleja en la mayoría de las letras. Los músicos que le acompañan, son basicamente los que le han acompañado desde entonces hasta ahora, es decir -como no- Ben Keith en la Steel Guitar (¡enorme!, probablemente jamás sono tan bien en un disco de Young, como en este) y Rick Rosas, Entre otros también están, el antes citado Chad Cronwell y Anthony Crawford, que son sus acompañantes en la actual gira.

El inicio del disco es una magnifica canción llamada The Painter, que fue elegida primer single , quiza con una letra algo menos profunda que la mayoría de las del disco, pero estupenda para empezar. La segunda es otra de las favoritas, No Wonder, con un extribillo algo extraño y al que quizá cuesta un poco habituarse, pero que una vez hecho, se convierte en una tonadilla imposible de olvidar:
Tick tock the clock on the wall
No wonder we’re losin time
Ring ring the old church bell
The bride and her love
Seeking guidance from above.

Tic-tac, el reloj de pared.
Impepinable: estamos perdiendo el tiempo.
Clin-clan, la campana de la iglesia.
La novia y su amado
buscan guía espiritual.

La siguiente es Falling Off The Face Of The Earth, subyugante y sobrecogedora; donde se despide de su padre y nos cuenta cuanto de importante fue para él:
Tan sólo quiero darte las gracias
por todo lo que me has dado.
He estado pensando en ti
y quisiera recalcarte mi amor.

Te envío mis mejores deseos
en este mi mensaje de amor,
por todo lo que has hecho
y que nunca podré agradecerte lo bastante

Far From Home, es la siguiente. Algo más ligera, pero reflexiva y un poco nostálgica. Habla de tiempos pasados y de volver a casa.
Enterradme en la pradera
en la que vagaba el búfalo
y no tendréis que derramar ni una lágrima por mi
porque no estaré lejos de casa.

En la siguiente It’s a Dream, Neil se sienta al piano y nos deleita en mi opinión, con la mejor canción del disco. Larga y delicada; muy vitalista y con un bonito mensaje de esperanza. Para mi gusto la mejor canción de Neil Young en lo que llevamos de década. Simplemente genial. La canción que da titulo al disco – Prairie Wind– vuelve a explicarnos tiempos pasados, con la figura de su padre revoloteando de nuevo. Unos bonitos coros nos hacen disfrutar de ella. Despues nos encontramos con Here’s for You, una preciosa canción de amor:
Cuando tus días de verano se desplomen
y te encuentres sola
siempre podrás regresar conmigo.
Tan sólo cierra los ojos y apareceré.
Escucha
cómo este viejo corazón
late por ti.
Sí, te echo de menos
pero nunca quise retenerte.
Has de saber
que estaré aquí por ti.

En el libreto promocionalde la pelicula Heart of Gold, nos explican la historia de la siguiente canción, This Old Guitar, sobre su viejo instrumento:

«En los años 70 Young quería comprar una autentica guitarra Martin y llamó a su amigo Grant Boatwright, que coleccionab dicho modelo. No muy seguro del sonido exacto que andaba buscando Young Boatwright le indicó varias tiendas de música de la zona de NAshville, dicie´ndole que probara distintos instrumentos y le dijera luego cual le gustaba más. Además, le prestó -por una noche- su guitarra OM Martin de 1933 que había sido propiedad de Johny Cash. Esa misma noche Young escribió el hoy clásico tema «Field of Opportunity» que aparece en el albun Comes a Time.

Boatwright quedó impresionado. Sabiendo ahora lo que estaba buscando Young, le llevó a visitar a Tut Taylor, con el que era co-propietario del Old Time Picking Parlor de Nashville. Taylor les mostró una Martin D28 Herringbone de 1941, estaba perceptiblemente estropeada pero seguía sonando tan maravillosamente como siempre. ‘Esta es la que quiero’, comentó Young. Y entonces Boatwright le hizo la revelación final; esa guitarra había sido propiedad de Hank Williams. Los desperfectos que tenía podían apreciarse en varias viejas fotos de Williams tocándola. Young la compró en el acto. No necesitaba reparación alguna, ‘solo hacía falta ponerse a tocarla’, recuerda Boatwright.

Young bautizó la guitarra con el nombre de Hank. Al preparar los conciertos que seían filmados para Heart of Gold, Young observó que iba a ser la primera vez que ‘Hank’ sonara en el Ryman Auditorium desde que Hank Williams actuara en el Grand Ole Opry muchos años antes. Young escribió incluso una canción sobre su relación con esta guitarra.»

Nos vamos acercando al final del disco con He Was The King, una especie de oda a Elvis, quizá de lo menos destacado del disco, pero que no molesta a la hora de ser escuchada. El final, esta vez sí, llega de la mano de When God Made Me, a modo casi de gospel lento, donde se nos invita a cuestionarnos la figura de Dios, y que sirve como perfecto colofón para el excelente disco que acabamos de oir.

Aparte del CD normal y otra despampante edición en vinilo de 200gr., se editó en su dia una versión de CD acompañada de DVD, donde aparte de un mejor sonido, podemos ver las tomas de las canciones, mientras estaban siendo grabadas, y se da uno cuenta, de la forma casi artesanal de grabar discos que tiene este hombre; practicamente tocando las canciones del tirón, con todos los múscicos a la vez en el estudio.

Heart of Gold

Esto me está quedando demasiado largo, pero no puedo pasar por alto aunque sea minimamente, hacer un breve comentario sobre la película de Jonathen Demme, posiblemente tan recomendable o más que el propio Prairie Wind. Demme filmó el primer concierto de la gira que Young y su banda dieron en el Ryman Auditorium de Nashville, escenario del mítico Grand Ole Opry. Aparte de las canciones del disco, nos abruman con un repaso a algunos de los grandes momentos de la carrera de Neil en formato acústico. Afortunadamente la peli fue estrenada en pantala grande en España -el 29 de septiembre de 2006- y los que no pudieron acudir a las salas en su momento, tuvieron la oportunidad de comprar por un precio irrisorio (entre 10 y 12 €) el doble DVD, que ademas se editó con un montón de escenas extras que no salían en el film.

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