Recapitulemos. Estamos en 1983. La carrera de Alice se ha ido por el retrete. Sus discos en los 80 cada vez venden menos y ni siquiera ha podido hacer una gira para intentar levantar el regulero Zipper Catches Skin que ni ha entrado en los charts. Nuestro hombre además ha tocado fondo a nivel personal. Su alcoholismo es galopante y tiene serios problemas conyugales. Su esposa que ha aguantado carros y carretas amenazaría por primera (y última vez, de hecho) con el divorcio al cabo de unos pocos meses. Su contrato con Warner está a punto de expirar y, de hecho, la discográfica no cuenta ni con que llegue a cumplir la entrega de su última obra con ellos.
Sin embargo nadie debería enterrar a Alice antes de estar decapitado. Tras el ‘refuerzo’ de Dick Wagner a las guitarras del disco anterior, ahora llega otro de sus grandes colaboradores de los 70, el productor Bob Ezrin, el cual le hace sacar fuerzas de flaqueza para dar forma a su mejor disco de los 80: el fascinante Dada.
Hay que resaltar que Dada, aunque poco tiene que ver con los discos de hard rock de los 70, tampoco tiene mucho que ver con sus predecesores de los 80. Sí, hay sintetizadores a tutiplén e incluso batería programada, pero la magia de Ezrin hace que casi todas las canciones suenen magníficamente incluso hoy en día, lejos del sonido cutroide nueva olero de Flush The Fashion o Special Forces.
Las cosas quedan muy claras desde ese soprendente inicio con la oscurísima canción Dada. Un tema de auténtica pesadilla compuesta por el propio Ezrin, llena de sintetizadores y efectos tenebrosos, y la fantasmagórica voz de una niña (la hija de Ezrin) repitiendo hasta el infinito ‘Dada’. Para rematar el mal rollo aparece Mr. Furnier hablando en un enigmático monólogo sobre su hija (¿Alicia?) que ‘ha sabido cuidar de él’. ¿Un extraño apunte autobiográfico? Quizá. Pero sólo por este extrañísimo corte ya vale la pena escuchar el disco.
La siguiente, Enough’s Enough es una canción de rock algo más ‘convencional’ que es de las pocas que enlaza con sus trabajos precedentes, pero que tiene un toque psicótico bastante interesante. La letra no es menos enigmática. Habla de una figura paterna bastante tenebrosa y Alice se pregunta porque le esconde de ‘su hermano’. Otro posible apunte biográfico escondido, ya que el tío de Alice le trajo su primer disco de Rock (concretamente de Chuck Berry).
Former Lee Warmer es otro de los puntos álgidos del disco. Una espeluznante ‘balada’ donde se habla del hermano del protagonista, Former Lee, que está encerrado en el altillo como un apestado seguramente por algún tipo de enfermedad mental o deformidad. ¿Está hablando Mr. Fournier otra vez de su ‘alter ego’ Alice Cooper? En todo caso es una magnífica canción en la línea más retorcida y terrorífica de Alice. Algo que se había echado de menos en los 80.
A continuación No Man’s Land saca partido de la guitarra de Wagner en la canción más netamente rockera del disco, con un estribillo melódico y efectivo. Se cuenta la historia de un tipo que trabaja de Santa Claus navideño con ciertas tendencias esquizofrénicas. Classic Stuff!!!
Mucho más rara es Dyslexia en que Ezrin vuelve a hacer fluir su magia con los sintetizadores, en esta ocasión en una canción más ‘romántica’. Todo lo romántica que puede ser una canción llamada Dyslexia, claro. Estribillo glorioso y brillante. Otro tanto para Mr. Cooper.
Scarlet And Sheba hablar de sexo duro con dos Dominatrix. A nivel musical es una auténtica maravilla. Suena tremendamente exótica con unas melodías a teclado de inspiración arábica y que junto la guitarra distorsionada de Wargner crean una sobresaliente ambientación. La interpretación de Alice es impecable y el estribillo recuerda a sus discos de la segunda mitad de los 70. Excelente.
Aún siendo este uno de los discos más oscuros de Alice no podía faltar algún toque de humor vitriólico. I Love America cumple ese papel. Cooper se pone en el papel de un redneck que escupe todo tipo de soflamas patrióticas y puyas a los soviéticos. Muy divertida, y con carga de la caballería incluida, pero a nivel musical no es tan brillante como otras.
Fresh Blood es sin duda la que tiene el sonido más ‘mainstream’ del disco, y parece una actualización de los coqueteos con la música disco en los 70, con un bajo funky zumbón y un sonido que a Wakam le recuerda a Peter Gabriel y a mi un poco a Prince. La canción no está mal, y la historia de vampiros ‘glamoruosos’ tiene su encanto, pero personalmente creo que no acaba de encajar en la obra.
Y cuando parece que al final del disco el ‘mal rollo’ del disco se ha acabado diluyendo… ¡zas! Llega Pass The Gun Around y nos da en toda la boca. No puedo ocultar mi debilidad por esta canción, posiblemente la más autobiográfica (y de las más emotivas) de toda la discografía de Alice Cooper. Tremenda la interpretación de Mr. Furnier en la que se refleja lo hundido que estaba en este punto de su vida, y grandiosos los ropajes de Bob Ezrin a la producción, con piano y teclados tipo sección de vientos incluidos. Dick Wagner además hace un solo al estilo clásico que pone la piel de gallina. La letra hace un claro paralelismo entre el alcoholismo y la ruleta rusa, y creo que vale la pena reproducirla en su integridad:
Sonny wakes up in the morning feeling kinda sick
Needs a little Stoli Vodka, needs it really quick
Sees a little blood run from his eyes
Feels a little hotel paralyzed
Pass the gun around
Give everyone a shot… give everyone a shot, you gotta
Pass the gun around
And throw me in the local river, let me float away
I wake up watching cartoons… the television’s on
There’s a couple of party balloons and all my money’s gone
She was just a reason to unwind
And actually the last thing I could find
Why don’t you, pass the gun around
Give everyone a shot… give everyone a shot, you better
Pass the gun around
And dump me in the local river, let me float away
float away, ah float away
Pass the gun around
Give everyone a shot… give everyone a shot, why don’t you
Pass the gun around
Throw me in the local river, let me float away
Sonny wakes up in the morning, there’s a stranger in his bed
Someone’s pounding on the hotel door, he wishes he was dead
I’ve had so many blackout nights before
I don’t think I can take this anymore
Why don’t you, pass the gun around
Give everyone a shot… give everyone a shot, why don’t you
Pass the gun around
Francamente, oir como Alice ve en su futuro como su cuerpo flota río abajo con semejante sinceridad me pone siempre el corazón en un puño. Un emotivísimo cierre para un gran disco.
En fin, aquí acabó de hecho el descenso a los infiernos de Alice. Al año siguiente se rehabilitó, abrazó el cristianismo y se reconcilió con su mujer. A partir de entonces todos los demonios de Vincent Furnier quedarían reservados sólo para su papel de Alice Cooper, que por suerte ha continuado siendo un psicópata sangriento hasta nuestros días
Canciones recomendadas: Dada, Pass The Gun Around, Former Lee Warmer, Scarlet And Sheba y Dyslexia.