A mediados de 1974 Neil Young se encuentra en uno de los momentos mas bajos de su vida, personalmente hablando. La compañía de discos se había negado a publicar Tonight’s the Night, por considerarlo un disco demasiado oscuro. Las muertes de Danny Whitten y el roadie de CSN&Y, Bruce Berry mas su brutal adicción al alcohol le habían hecho tocar fondo. Después de la vomitada que era Times Fades Away y en vista que la compañía seguía sin querer publicar Tonight’s… que ya habia sido grabado el año anterior, Neil se ve con ánimo de escribir nuevas canciones. También grabado en sesiones de grabación diferentes, el nuevo disco se iba a llamar On The Beach.
Para mí, este disco es una de las joyas escondidas en la discografía de Mr. Young. Un disco difícil, también oscuro y que necesita de varias escuchas para ser bien asimilado. Siempre me gusto la portada. Me parece muy melancólica la imagen de Neil de espaldas mirando hacia el mar y muy decadentes los restos del coche, el periódico que hace alusión a Nixon , la mesa con dos sillas pero solo una bebida y la planta en la maceta de la contraportada. Todo lo que no esperamos precisamente de un día “On The Beach”.
El disco se abre con Walk On, la única canción del disco que ha trascendido en giras de años posteriores. Excelente canción. Le sigue la preciosa See The Sky About The Rain, posiblemente el mejor tema del disco. Bonita y evocadora melodía. El buen trabajo de guitarras de Revolution Blues, el mano a mano entre Neil y Ben Keith que es For The Turnstiles y Vampire Blues acaban de completar una excelente primera cara. La segunda se abre con otra de las maravillas del album, que es precisamente la que le da titulo con su recordada letra: “Necesito a mucha gente / Pero no puedo vivir con ellos día a día / Ya sé que mis problemas son insignificantes / pero eso no los hace desaparecer”. Las dos últimas canciones son de corte muy similar: Motion Picturesy Ambulance Blues. Relajadas, tranquilas, hipnóticas y susurrantes, un poco siguiendo la estela de On The… y que dan forma a una segunda cara estilísticamente muy coherente. Para acabar, decir que Crosby y Nash colaboran en algunas canciones, pero que el grueso de la música corre a cargo del mencionado Keith, Tim Drummond y Ralph Molina.
Bien, pues esto es On The Beach. Creo que un gran disco, hecho en un momento muy difícil, al que tengo un cariño especial y que aunque inferior a obras anteriores e inminentemente futuras, no desmerece en absoluto al catalago de Mr. Neil Young.