Parece que el supuesto enfado con Crazy Horse ya se le ha pasado y Neil no tarde más de un año en volver con ellos. Se meten en el estudio y, por lo que parece, el sistema de trabajo es similar al que practicó con los de Seattle. Un par de indicaciones y todos a grabar. El disco viene marcado, una vez más, por la muerte de una persona próxima. En este caso, David Briggs, productor de muchos de sus discos y, en buena parte, responsable de la bola de distorsión que supone el sonido de Crazy Horse. De hecho el disco figura como A Punk David Production Produced By Neil Young.
Broken Arrow es un disco que parece tener un sonido propio y diferente, sin rupturas bruscas con lo que Neil viene haciendo. Se basa en guitarras distorsionada arpegiadas (más de lo habitual) y temas lentos y pesados con estribillos haciendo hincapié en las armonías vocales dulces y trabajadas. Sin embargo, el mayor problema es que esta identidad del disco no se llega a consolidar porque Neil la transgrede continuamente dando la impresión de disco inacabado y deslavazado.
Abre con Big Time, un gran tema que marca esas pautas enumeradas. Leyendo la letra, parece hablar de una chica, pero también podría hablar de Briggs:
Talkin’ bout a friend of mine
Talkin’ bout a gold mine
Richest vein in any mountain
I’m still living the dream we have
For me it’s no over
Loose Change es un tema anecdótico que sirve para que Neil y su grupo se embarquen en una jam interminable de un solo acorde, alargando la canción hasta llegar prácticamente a los 10 minutos. En cambio Slip Away es otro de los tres pilares sobre los que se sustenta el disco. Una guitarra aullante marca de la casa mientras Poncho arpegia suavemente con su guitarra con el overdrive a tope. Memorable y precioso el estribillo:
And when the music started
She just slip away…
Changing Highways es una canción de aires country que en su riff, puede recordar a World On A String. Sin llegar a esos niveles, es un buen tema. La tercera canción definitoria del disco es Scattered (Let’s Think About Living). Un Young filosófico no deja de preguntarse acerca del sentido de la vida, la muerte y el amor. El arranque de la canción puede poner los pelos de punta con esa guitarra que suena más lastimera que nunca.
Y cuando parece que el disco va a seguir esa línea de temas tristes y de aires cansados con alguna concesión al country, la cosa tira por otros derroteros. Aparece This Town, con una guitarra muteada en un riff continuo entrelazada con otra arpegiada y un estribillo casi inexistente. El tema no está mal, se aparta del sonido de Crazy Horse, pero como anécdota, estaría bien. Music Arcade es una balada acústica, grabada en un susurro muy cerca del micrófono. Tan cerca, que se escucha perfectamente la saliva de Neil dentro de su boca mientras entona una canción que incide en una melodía continua y constante. Para terminar, una prescindible versión de Baby What You Want Me To Do de Jimmy Reed. Un blues pesado grabado en directo en lo que parece un local pequeño, lleno de humo, de esos donde gusta ver a nuestros grupos favoritos. El ambiente de esos locales está bien conseguido, pero el tema no encaja para nada con el conjunto.
En fin, un disco que funcionaría mucho mejor si apuntase todos sus dardos en la misma dirección. Parece que Neil Young tenía prisa en sacar el disco y embarcarse en una gira el año que según el horóscopo chino, pertenece al Caballo (parece ser que David Briggs solía incidir en este tema). De ahí saldría un disco y una película de Jim Jarmusch memorable, antes de que nuestro canadiense favorito se tomase un merecido descanso. Se le notaba cansado. Pero no adelantemos acontecimientos…