A finales de los 70 los problemas de Mr. Cooper con el alcohol son de dominio público. No ha sido el único artista con problemas con las drogas, pero así como Layne Stanley convirtió a Dirt en un doloroso diario de un ‘junkie’, Alice decidió convertir sus graves problemas de adicción… ¡en un musical! From The Inside se basa a la reclusión de nuestro hombre en un centro de salud para intentar desintoxicarse (con poco éxito por el momento, hay que añadir) y de su relación con los demás internos del centro. Todo ello, claro, dándole unas generosis de humor negro ya que, tal como queda claro en la cara maquillada que preside la protada, aquí se recupera a su macabro personaje clásico tras el breve paréntesis que fue Lace & Whiskey.

Pese a todo, está claro que nos encontramos con el que posiblemente sea el trabajo más personal de Alice, que contó con ayuda del letrista del mismísimo Elton John, Bernie Taupin, para darles más filo. A nivel musical cabe destacar que en esta ocasión no participó en la producción Bob Ezrin, y que el nuevo productor David Foster hizo que todo sonara más orquestado, poniendo en muchas ocasiones pianos, teclados y voces corales al mismo nivel de la guitarras. Además el hard rock primigenio de Alice se diluye aún más en favor de evidentes influencias de la época como el mismo Elton John o Meat Loaf.

Debo reconocer que soy un fan incondicional de From The Inside. Sí, quizá no sea el disco más ‘rockero’ de su carrera, pero sin duda se trata de un trabajo único y muy especial, y el concepto del mismo me parece muy brillante. Alice se estaba hundiendo en los infiernos y pese a todo aún tenía humor como para reírse de ello. Al menos por fuera. Basta escuchar la primera canción, la homónima From The Inside, para captar las virtudes del disco: un número de apertura brillante, en la que se equilibran perfectamente el riff de guitarra, un bajo sorprendentemente ‘funk’, el piano y un brillante estribillo coral en el que nuestro hombre, tras narrar su caída en desgracia, clama «Where’s my make up? / Where is my face?» en una frase que podría suscribir el Jocker de Batman.

Le sigue la canción con sonido más hard rockero del disco, I Wish I Were Born In Beverly Hills, que habla de una pija de Beverly Hills en tratamiento psiquiátrico, y que Alice ‘actualizó’ en las últimas giras con una parodia de Paris Hilton. Un auténtico temazo en toda regla digno de los tiempos de AliceCooper Group.

The Quiet Room sin embargo no está muy claro si habla de él mismo en pleno ataque de ‘delirium tremens’ o de otro paciente con vocación suicida. Lo que está claro es que está cantada desde una celda acolchada. Bueno, eso y también que es un medio tiempo/ balada con un cambio irresistible en el estribillo que la acerca un poco al espíritu de The Ballad Of Dwight Fry. Sin duda una pequeña joya casi olvidada.

Nurse Rozetta es una canción con humor 100% Alice sobre una explosiva enfermera del centro. Un tema con un tono muy sexy, casi funky, y en que confiesa que esa mujer de blanco hace que ‘doble su tamaño y humedezca los pantalones’. Un tema francamente divertido.

Y del sexo pasamos al amor con Millie And Billie, un dueto romántico de lo más típico… en sus primeros minutos. Porque luego descubrimos que se trata de una pareja de amantes que han asesinado al marido de ella en un delicioso giro de humor negro.

La cara ‘B’ del disco se inicia con una de las canciones que Alice ha confesado que es una de sus favoritas: Serious. Una canción que a mi me remite más que ninguna al mejor Meat Loaf pero con un tono algo más sucio. ¡Y encima su melodía se pega cosa mala!

Le sigue la clásica balada setentera que no falta en los discos de la época de Alice y que, como no, fue single. En este caso es una emotiva ‘carta’ a su mujer titulada How Do You See Me Now en la que le agradece haber permanecido a su lado en sus peores momentos (¡y lo que le quedaba aún!) y expresa ciertos temores de que le deje de lado. Bastante descorazonadora.

Sin embargo, en la siguiente canción se las arregla para darle la vuelta a la cuestión en un rock bastante cachondo en el que implora que le dejen libre para dar de comer a su perra. Igual es cosa mía pero yo le encuentro un regusto algo ochentero al tema, lo que tiene su mérito teniendo en cuenta que data de 1978. Lástima que le siga Jacknife Johnny, un tema sobre un ex-militar algo ‘tocado’ que no acaba de ir a ninguna parte. Por suerte Inmates (We’re All Crazy) es un brillante ‘grand finale’ con un apabullante coro de ‘locos’ en su tramo final realmente impactante.

From The Inside fue un disco bastante incomprendido en su época. ¿Era una broma? ¿O más bien un disco doloroso, personal y reflexivo sobre la bajada sin frenos cuesta abajo de un mito de los 70? ¿Era un disco de rock? ¿O más bien una extraña obra musical demasiado oscura para Brodway? Seguramente era todo ello a la vez. Pero difícilmente uno sabe si reír o llorar ante semejante propuesta. Sólo con ver la esperpéntica puesta en escena del disco, con un número de bailarines disfrazados de bebidas alcoholicas, bastaba para darse cuenta que detrás de los chistes había un hombre que se estaba cayendo a pedazos y que necesitaba ayuda desesperadamente. Un terreno difícil para conseguir el éxito, ciertamente.

Por lo que a mi respecta From The Inside es un disco apasionante, imprescindible para entender el proceso de descomposición personal que se traduciría en las extrañas obras que parió, ya fuera de control, a principios de los 80. Quizá se deba a que un servidor tiene tendencia a reírse también de sus peores momentos, pero reconozco que encuentro una extraña afinidad en esta obra. Espero que alguno de ustedes se acerque a valorarla como se merece. Recomendada sin reservas.

Temas Recomendados: From The Inside, Wish I Were Born In Beverly Hills, The Quiet Room (aunque todos los temas son notables, quizá con la excepción de Jacknife Johnny).

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